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Buenos Aires - Lo que dé , 19 de enero de 2011


28.10.10

Recta final

El gordo no caza one
     Con esta apetecible imagen que demuestra el profundo interés en la detallada explicación técnico-mecánica sobre los aspectos que conciernen al motor bicilíndrico de cuatro tiempos que dará tracción a nuestra querida Volkswagen Kombi, comienza uno de los últimos capítulos de esta primer etapa del sueño que hemos llamado "La proa en el norte".


      En la fotografía se ha capturado el momento preciso en que Diego (centro) nos ofrece una estadía de dos semanas en Chapadmalal en cambio de la prometida camioneta, lo que provoca la perplejidad de Federico (primero desde la izquierda), y la mirada atenta de Santiago, aunque no podemos precisar si está realmente atento, puesto que lo único que observamos son los dorados cabellos que bañan su nuca. Nótese que bajo el brazo derecho de Diego hay una masa amorfa de aluminio. Eso, querido lector, es nuestro motor. Es difícil reconocer un motor cuando no se encuentra en el interior de un auto, lo sabemos. Pero estamos seguros en un 64% de que de eso se trata.


Prometemos lavarla
      Tras una infinidad de idas y venidas al taller Wolfsburgo, notamos grandes cambios. Pavimentaron el camino negro, construyeron dos hospitales en Lomas de Zamora, y reemplazaron un semáforo en el cruce de la calle Colombres. Respecto a la kombi, sinceramente los progresos han sido escasos. Aunque vale destacar que en forma continuada.


       A la diestra de este formidable relato literario, puede observarse el vehículo que promete ser transporte de sueños para nuestra travesía. Si bien no se notan avances significativos -y ésta es la parte informativa-, en realidad sí los ha habido. Los trabajos de chapa han sido completados en un 88%, y prometen estar finalizados para el jueves próximo. El motor, por su parte, está prácticamente finalizado, solo resta montarlo y afinarlo. La instalación eléctrica no debería ser problema. Según nos afirmó Diego, el jueves próximo deberíamos encontrarnos con un autoMÓVIL. Y quizá, hasta podría ser la primera vuelta. El mismo día se haría la verificación por parte del personal policial, el que constatará los números de motor y chasis.


       Así pues, luego de tanto esperar, de tanto llamar, de tantos posteos al reverendísimo pedo, podríamos estar acariciando el verdadero final de esta primer y necesaria etapa. En poco tiempo las jornadas laborales, los colectivos, el tráfico y los ex-presidentes difuntos serán cosa del pasado y nuestras energías estarán abocadas pura y exclusivamente a cómo cambiar una cubierta en medio del desierto de Atacama.


Inspira confianza, ¿no?
       Lamentablemente, como lo es desde que decidimos embarcarnos en tamaña empresa, los resultados no dependen de nosotros; sino de la mano de obra mecánica del taller. Debemos soportar la ansiedad y la angustia más apremiante, pero la llama del deseo, el anhelo por derribar fronteras y las ganas de bardear el continente se preservan intactas. Hoy, más que nunca, nuestras esperanzas están en Diego, al que nos encomendamos. Como nunca se los presentamos formalmente, aquí va: Diego, los lectores, los lectores; Diego.


       Esperemos poder subir material nuevo la semana próxima, quizá algún video que nos muestre divertidos y expectantes recorriendo las callecitas de Adrogué a bordo de nuestra Kombi. O fotos lúgubres y grises que muestren los restos de cuatro cuerpos carbonizados en un enjambre de aluminio blanco.


Habrá que esperar hasta la próxima semana para averiguarlo. Esto ha sido todo por ahora.




Hasta entonces,